Celebramos hoy la Festividad de la Nuestra Señora de la Virgen de los Dolores o Mater Dolorosa, es una advocación mariana muy popular que se venera tres veces al año, en este día 15, el Viernes de Dolores y Viernes Santo de la Semana Santa. En algunos lugares es conocida como la Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de la Caridad o la Virgen de las Angustias.
María, la Madre de Dios y Salvador nuestro, sufrió con Jesús todos sus sufrimientos y padecimientos, por tanto decimos que ella es Corredentora del género humano junto a su Hijo. En el Evangelio narra los 7 episodios dolorosos Jesucristo que se traducen en los misterios del dolor unidos en los "7 dolores" de Nuestra Madre Santísima.
Esta devoción mariana de nuestra Mater Dolorosa nació a finales del siglo XI, y tiempo después en 1239 es impulsada a través de la Orden de los Servitas o la Orden de Frailes Siervos de María en Florencia (Italia), fueron los que instauraron este día para conmemorar el dolor de la Virgen María. Y fue el Papa Pío VII quien le otorgó el rango de fiesta.
Los devotos lo celebramos en muchos países: Colombia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, Portugal, México, Italia, Guatemala, Panamá.. en España: numerosos lugares de Andalucía, Toledo, Pontevedra, Valladolid, La Coruña.., en particular en la región de Murcia destacamos: Cartagena por ser su patrona en la advocación de la Virgen de la Caridad, y Lorca porque procesiona la Virgen de los Dolores del Paso Azul en su Semana Santa.
Nuestra Madre se le apareció a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) y le anunció: "Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, más hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos.. Por eso tú, hija mía, no te olvides de mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias, mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios".
Y prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen rezando cada día siete avemarías mientras meditan en sus lágrimas y dolores. También Jesús, le reveló a Santa Isabel de Hungría que le concedería a cuatro gracias especiales a los devotos de su Santísima Madre, escrito en el libro de San Alfonso María de Ligorio "Las Glorias de María".
Oraciones a la Virgen de los Dolores para los enfermos. |
(Lucas 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en un profundo dolor al oírle decir:"Este Niño está puesto para la ruina y resurrección de muchos en Israel, y una espada traspasará tu alma. De este modo el Señor quiso mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Mateo 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida! quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Lucas 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la perdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Vía crucis, 4ª estación) Verdaderamente calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado cargando con la cruz, que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Juan 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús. ¡Qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del Salvador! todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Marcos 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos? Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. (Rezar Avemaría y Gloria)
(Juan 19, 38-42) Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. (Rezar Avemaría y Gloria)
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y si alguien se burla de tu enfermedad, aléjate de ella".
¡Cuídate mucho y buen día! saludos, Marisa
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