26 de abril de 2024

Novena al Amor Misericordioso: Venerable Madre Esperanza de Jesús

La Beata Madre Esperanza de Jesús, fue una religiosa murciana que nació en el Siscar - Santomera (Murcia) el 30 de septiembre 1893 y subió a la casa del Padre en Collevalenza - Todi (Italia) el 8 febrero de 1983. 

Fue bautizada con el nombre de María Josefa Alhama Valera. Su familia era pobre, y no pudieron darle una educación básica, por lo que tuvo que ponerse a trabajar desde muy temprana edad sirviendo en la casa de un rico comerciante. Allí fue donde aprendió a leer y escribir gracias a los hijos de su señorito que la enseñaron, mientras trabaja para ellos.

A los 22 años María Josefa (1915) decidió hacerse monja de clausura en "las Hijas del Calvario" de Villena. En 1921 el Obispo de Cartagena, fusionó su convento con la Congregación religiosa de las Misiones Claretianas (Hijas de la Enseñanza de María Inmaculada), durante ese tiempo le ayudó en su formación humana y espiritual. Pasó por varios conventos en Vélez Rubio, Madrid.. hasta que..

En la Navidad de 1930 fundó en Madrid la "Congregación de Esclavos del Amor Misericordioso" y tuvo tanta aceptación, que se expandió por varios lugares de la geografía española para acoger pobres y niños gracias a la ayuda de su gran benefactora y amiga Mª Pilar Arratia. La Madre Esperanza era muy generosa con los más necesitados, y ocurrieron ciertas desavenencias en su entorno (por sus milagros) que la hicieron replantearse su misión en un comedor social de la época, y decidió marcharse a Italia.

Por eso, durante la contienda civil española la Madre Esperanza se marchó a Italia (Roma) en 1936 para cuidar a los pobres y enfermos italianos, una vez allí comenzó la II G. Mundial; se quedó para ayudar y curar a los vulnerables que se habían quedado sin nada. Eran tiempos difíciles y pudo seguir fundando varios conventos italianos con la ayuda de la providencia y de su amiga antes mencionada.

En 1951 fundó otro Convento de los Hijos del Amor Misericordioso para difundir su devoción desde Collevalenza, allí al final sería el lugar donde ella se estableció definitivamente. Miles de peregrinos y devotos lo visitan cada año por el manantial de agua que brota de la montaña de su Santuario.

En 1981 fue visitada por el papa San Juan Pablo II, aún convaleciente, al llegar dijo: "Hemos venido de visita a este santuario porque la Misericordia de Dios: somos deudores de nuestra salud". El papa promulgó la encíclica "Dives in Misericordia" (recoge, analiza, estudia y proclama al mundo que Dios es rico en misericordia, un Padre bueno, el Amor Misericordioso, justo lo mismo que la Madre Esperanza había difundido durante toda su vida). En 1983 ella falleció y descansa en la cripta de su Santuario de Collevalenza. Tras un largo proceso de estudio desde 1988 hasta 2002 en que fue proclamada Venerable por el mismo papa.


Novena al Amor Misericordioso de la V. Madre Esperanza de Jesús


“Novena al Amor Misericordioso
de la Venerable Madre Esperanza de Jesús.
PRIMER DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las primeras palabras del Padre nuestro:
Padre. Es el título que corresponde a Dios, porque le debemos el ser natural recibido en la creación; el sobrenatural de la gracia, con el que nos hace hijos adoptivos; y quiere que le llamemos Padre, para que como hijos le amemos, obedezcamos y reverenciemos; y para despertar en nosotros los afectos de amor y confianza de que alcanzaremos lo que le pedimos.

Nuestro. Porque no teniendo Dios más que un Hijo natural, por su infi nita caridad, quiso tener muchos adoptivos a quienes comunicar sus riquezas; y para que teniendo todos el mismo Padre y siendo hermanos, nos amásemos los unos a los otros.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, sé Tú mi Padre, el guarda y guía en mi peregrinación, para que no sea perturbado, ni yerre el camino que a Ti conduce. Y Tú, Madre mía, que con tus delicadas manos criaste y cuidaste al Buen Jesús, edúcame y ayúdame en el cumplimiento de mis deberes, conduciéndome por las sendas de los mandamientos y di por mí a Jesús: “Recibe a este hijo, yo te lo recomiendo con toda la insistencia de mi maternal corazón”.

🙏 Rezar: Tres Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
SEGUNDO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confi anza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Que estás en los cielos».
Decimos que estás en los cielos, porque aunque Dios está en todo lugar, como Señor del cielo y de la tierra, la consideración del cielo, nos mueva a amarle con mayor reverencia y viviendo en esta vida como peregrinos, aspiremos a las cosas celestiales.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, sé que Tú levantas a los caídos, sacas de la cárcel a los presos, no desprecias a ningún afligido y miras con amor y misericordia a todos los necesitados. Por esto, te ruego me oigas, pues estoy necesitado de tratar contigo de la salud de mi alma y de recibir tus saludables consejos. Me espantan mis pecados, Jesús mío, me avergüenzo de mis ingratitudes y desconfianzas; y tengo gran temor del tiempo que me diste para obrar el bien y que yo lo he malgastado, y lo que es peor, ofendiéndote. A Ti, Señor, acudo, que tienes palabras de vida eterna.

🙏 Rezar: Tres Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN

***
TERCER DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Santificado sea tu nombre».
Es lo primero que hemos de desear, lo primero que hemos de pedir en la oración, la intención que debe presidir todas nuestras obras y acciones; que Dios sea conocido, amado, servido y adorado, y a su poder se sujete toda criatura.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, ábreme las puertas de tu piedad; imprime en mí el sello de tu sabiduría, véame libre de todo afecto no lícito, y haz que yo te sirva con amor, alegría y sinceridad y que confortado con el suave aroma de tu divina palabra y de tus mandamientos, vaya siempre adelantando en virtudes.

🙏 Rezar: Tres Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
CUARTO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Venga a nosotros tu reino».
En esta petición pedimos: que venga a nosotros o nos dé el reino de su gracia y de los favores del cielo, como el de los justos; y el reino de la gloria donde El reina pacíficamente con los bienaventurados, y por tanto pedimos también el término del reino del pecado, del demonio y de las tinieblas.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Señor, ten misericordia de mí y hazme a la medida de tu corazón. Ten misericordia de mí, Dios mío, y líbrame de todo lo que me impide llegar a Ti, y haz que en la hora de mi muerte, no oiga mi alma una sentencia terrible, sino las saludables palabras de tu voz: «Ven, bendito de mi Padre» y alégrese mi alma con la vista de tu rostro.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
QUINTO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo». Aquí pedimos, que la voluntad de Dios se haga en todas las criaturas con perseverancia y fortaleza, con pureza y perfección, y cumplirla por cualquier modo y vía que se conozca.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Dame, Jesús mío, una fe viva y haz que cumpla fielmente tus divinos mandamientos, y que lleno mi corazón de tu amor y caridad, corra por el camino de tus preceptos. Hazme gustar la suavidad de tu Espíritu y tener hambre de cumplir tu divina voluntad, para que siempre te sea acepto y agradable mi pobre servicio. Bendígame, Jesús mío, la Omnipotencia del Padre. Bendígame tu Sabiduría. Deme su bendición la benignísima caridad del Espíritu Santo y me guarde para la vida eterna.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
SEXTO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «El pan nuestro de cada día dánosle hoy».
Aquí pedimos, el Pan excelentísimo que es el Santísimo Sacramento; el sustento ordinario de nuestra alma, que es la gracia; los Sacramentos y las inspiraciones del cielo. El sustento necesario para conservar la vida del cuerpo, la cual debe procurarse con moderación.Llamamos nuestro el Pan Eucarístico, porque se ordena a nuestra necesidad y porque nuestro Redentor se nos da a Sí mismo en la Comunión. De cada día le llamamos, para demostrar la dependencia ordinaria que de Dios tenemos en todo, en cuerpo y alma, en cada hora y en cada momento. Diciendo dánosle hoy, ejercitamos un acto de caridad, pidiendo para todos los hombres y sin ambiciones del mañana.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, Tú que eres fuente de vida, dame a beber del agua viva que mana de Ti mismo, para que gustando de Ti, no tenga sed más que de Ti; anégame todo en el abismo de tu amor y misericordia y renuévame con tu Preciosísima Sangre, con la cual me has rescatado; lávame con el agua de tu santísimo costado todas las manchas, con que afeé la hermosa vestidura de la inocencia que me diste en el bautismo.Lléname, Jesús mío, de tu Santo Espíritu y poséeme limpio de cuerpo y alma.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
SÉPTIMO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores».
Pedimos a Dios nos perdone nuestras deudas, éstas son: los pecados y las penas debidas por ellos, pena enorme que nunca podremos pagar, sino con la sangre del Buen Jesús, con los talentos de gracia y naturaleza que hemos recibido de Dios y todo lo que somos y tenemos.

Y nos comprometemos en esta petición a perdonar a nuestros prójimos las deudas que tienen con nosotros, no vengándonos sino olvidándolas, como son las injurias y ofensas que nos han hecho; y respecto a esto, Dios pone en nuestras manos el juicio que se ha de hacer de nosotros; pues si perdonamos, nos perdonará y si no perdonamos a los demás, no nos perdonará El.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, sé que Tú llamas a todos sin excepción, habitas en los humildes, amas a los que te aman, juzgas la causa del pobre, te compadeces de todos y nada odias de cuanto tu poder creó; disimulas las faltas de todos los hombres y los aguardas a penitencia, y recibes al pecador con amor y misericordia. Ábreme también a mí, Señor, el manantial de la vida; concédeme el perdón y aniquila en mí todo cuanto se opone a tu divina ley.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
OCTAVO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «No nos dejes caer en la tentación».
Al pedir al Señor que no nos deje caer en la tentación, reconocemos que El permite la tentación para nuestro provecho; nuestra flaqueza para vencerla; la fortaleza divina para nuestra victoria y que el Señor no niega su gracia a nadie, que hace lo que está de su parte, para vencer a nuestros poderosos enemigos. Con pedir: “No nos dejes caer en la tentación”, pedimos no contraer nuevas deudas, sobre las contraídas.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, sé Tú el amparo y consuelo de mi alma, sírveme de defensa en toda tentación y cúbreme con el escudo de tu verdad. Sé mi compañero y mi esperanza, defensa y protección contra todos los peligros de alma y cuerpo. Guíame en el extenso mar de este mundo y dígnate consolarme en esta tribulación.Sírvame de segurísimo puerto el abismo de tu amor y misericordia, y así podré verme libre de las tramas del demonio.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***
NOVENO DÍA:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración preparatoria (para todos los días)
Jesús mío, grande es mi dolor, viendo que he tenido la desgracia de ofenderte tantas veces, pero Tú con corazón de Padre, no sólo me has perdonado, sino que me invitas a que te pida lo que necesito, con tus palabras: «pedid y recibiréis». Lleno de confianza, me acojo a tu Amor Misericordioso, para que me concedas lo que solicito en esta novena y sobre todo la gracia de reformar mi conducta y en adelante acreditar mi fe con mis obras, viviendo según tus preceptos y arder en el fuego de tu caridad.

Meditación sobre las palabras del Padre nuestro: «Mas líbranos del mal. Amén».
Pedimos que Dios nos libre de todo mal, es decir: de males de alma y cuerpo, eternos y temporales, pasados, presentes y futuros; pecados, vicios y pasiones desordenadas; malas inclinaciones, espíritu de ira y soberbia.Y lo pedimos por el Amén, con vehemencia, afecto y confianza, puesto que Dios quiere y manda que lo pidamos así.

Petición (para todos los días)
Jesús mío, a Ti acudo en esta tribulación. Si Tú quieres usar de tu clemencia con esta miserable criatura tuya, triunfe tu bondad y por tu amor y misericordia perdona mis culpas y aunque indigno de conseguir lo que te pido colma mis deseos, si ha de ser para gloria tuya y bien de mi alma; en tus manos me pongo, haz de mí según te agrade.

(Pidamos la gracia que deseemos obtener en esta Novena).

Plegaria: Jesús mío, lávame con la Sangre de tu divino costado y vuélveme limpio a la vida de tu gracia. Entra, Señor, en mi vil aposento y descansa conmigo; acompáñame en el peligroso camino que recorro para que no me pierda. Alienta, Señor, la flaqueza de mi espíritu y consuela las angustias de mi corazón, diciéndome que, por tu misericordia, no dejarás de amarme un momento y que siempre estarás conmigo.

🙏 Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

JACULATORIA: SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO, TU MISERICORDIA NOS SALVE, TU AMOR MISERICORDIOSO NOS LIBRE DE TODO MAL. AMÉN.

***

El Evangelio de hoy, nos dice:
Misión de los discípulos en la tierra:
Vosotros soy sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada se aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo. No pueden ocultarse una ciudad asentada sobre un monte; ni se encienda de una lámpara y se la pone debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. (Mateo 5, 13-16)





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cultivéis vuestra fe y buen día! saludos, Marisa

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